El whisky es una de las bebidas alcohólicas más consumidas en todo el mundo, y las variedades más conocidas y valoradas son el whisky escocés, el whiskey irlandés y el bourbon, originario del estado americano de Kentucky. Su nombre deriva de la expresión celta uische beatha (agua de vida) y se trata de un licor destilado con una graduación de entre 40 y 60 grados. Puede tomarse sólo, con hielo o en combinado. Y uno de los whiskys más vendidos del mundo es el Johnnie Walker Black Label.

Johnnie walker black label

Johnnie Walker Black Label es una variedad de whisky de 40 grados, mezcla de malta y grano procedente de Escocia y que ha recibido múltiples premios en todo el mundo.

La empresa Johnnie Walker nació con el fundador, John Walker, un hijo de granjeros que empezó a vender sus propios whiskys en una tiendecita de Kilmarnock y legó a su hijo la receta de un whisky casi perfecto que, a lo largo del último tercio del siglo XIX, conquistó el mundo. En esa época, la marca comercializaba tres variedades de la bebida: Old Highland Whisky, Special Old Highland y Extra Special Old Highland, la primera de las cuáles pasó a llamarse Black Label poco después.

Lo que hace especial al Black Label es que es el resultado de la mezcla de hasta 40 whiskys añejos, envejecidos durante un mínimo de 12 años en barrica de roble. Esto da lugar a un sabor suave y muy rico en matices y a un precioso color ambarino.

Para disfrutar de su sabor, obviamente, es mejor consumirlo solo o con hielo, pero si optáis por combinarlo es aconsejable dejar que el licor mantenga su protagonismo, por ejemplo, con el único añadido de un chorrito de ginger ale, agua con gas o, para los aficionados a los toques exóticos, agua de coco.

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